[] Fractario-Re: 2012

martes, 20 de noviembre de 2012

Trayecto de la A. a la A.

Siempre he pensado que el escritor debe crear desde el ras de la lona, tumbado en el ring. A propósito ocupo la idea de Gombrowicz: 
En la búsqueda del estilo cualquier actitud debe nacer de la eliminación, nacer, en definitiva, de un empobrecimiento.

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No estoy seguro de haber recordado, sólo encontré una escena en mi mente A. dejó algo olvidado en la ciudad de T. No sé si ya lo sepa, si habrá caído en la cuenta después de muchos años. Para mí esa ciudad árida no había tenido principal interés, fui un par de veces más y en cada llegada sentía que algo se perdía, que algo de mí se quedaba incrustado en alguna partícula del polvo de aquella ciudad. A. quiero pensar, muchos años después, supo que me había olvidado en T. 

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Regresé unos dos años después de mi última visita, otro propósito, otra mujer, pero la misma letra inicial componía los nombres. Todo tenía otro tono, a pesar del mismo calor que sigo sintiendo sólo de pensar en la mixteca. 
Escribo esto para formarme una geografía. Escribo para moverme por el laberinto, supe cuando leí por primera vez a Christoph Hein que El camino más recto es el laberinto. Sigo pensando en eso.

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Quizá, en el fondo hago esto para olvidarme de mi trabajo de escritura, para olvidar los personajes que uno es cuando escribe y recuperar el suelo en el que se encontraba antes de empezar a teclear la ficción.

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Entonces qué pasó en mi vida. La ciudad, que no es la Cittá, se convirtió en un laberinto de letras, no el trayecto de la A a la Z, sino el regreso deliberado de la A. a la A. pero con todos los matices que recorren el alfabeto. Regresé al inicio, como si el susurro de silencios de una mariposa me orillara a empezar. Volver a tocar el mundo...

martes, 30 de octubre de 2012

Escritura a cuatro manos...



Este texto fue realizado junto con el buen Memo Garay, con quien se 
comparte el gusto y la carga de fantasmas de la escritura.





Mi casa se desdobla. Una sábana de hotel. El sillón crece como si fuera hecho para decenas de amigos o más personas que no están. El aire de la habitación que cruza el silencio es sólo la medida del trayecto.

             El trayecto es siempre una hoja en blanco.  

Comienza el encierro. Las paredes se convierten en borradores inmensos: tramas inacabadas en el acto de escribir. Algunos sólo beben café, otros preferimos calar un buen cigarro y entre el vapor y el humo se vislumbran, algunas veces, fantasmas paseándose en la alcoba, esperando ser personajes o al menos acciones que impulsen el relato. Las palabras fluyen. La habitación es un río que arrastra conflictos hasta una corriente en caída libre. Ahí los muros caen. Las ideas implacables chocan contra las rocas, luego callan. Entonces las aguas apacibles son otra vez un pizarrón en blanco. Más tabaco y más café. Hemos aprendido a vivir con el silencio. Somos tejedores de sueños con un pedazo del pie apoyado en la realidad. Y en este entrar y salir… de la alcoba, la sintaxis en los muros se resuelve. Los personajes se despiden haciendo reverencias con un punto final. El sillón sigue vacío, esperando a que las cosas en este hotel vuelvan a tener sentido. La corrección es inminente. Aceptamos la carga. Sabemos que los fantasmas siempre se escriben con puntos suspensivos…  


                    a todos con los que hemos compartido palabras

miércoles, 13 de junio de 2012

Reducido

Desde su aparición en mis sueños fue, en cierto modo, mi perro.
Cuando de día no tengo perro y sí muchas fatigas, es bueno curarse de ellas con un cuzquito nocturno, que no exige de uno ni siquiera moverse de la cama. Sólo es necesario dormirse, con el deseo, que sería inútil expresar a nadie, de esas horas de holgorio -liviano e infantil, lo admito-, para que él se presente dispuesto a jugar o, con comprensión superior de perro, para acompañarme mansamente.

Si se me preguntara no sabría decir cómo es. Pero en sueños podría reconocerlo, infaliblemente, en medio de una jauría compuesta por hermanos idénticos a él. Es que, si bien fue un perrito evidente e indiscutible desde el primer momento, algo tiene que, cuando pienso en él, me sugiere que es distinto porque ha venido a mí paulatinamente, como en una integración demorada. Por esto resulta contradictorio su nombre: Reducido;                                                                                          
aunque le corresponda en relación con su físico. No es que se haya achicado, ni mucho menos que esté en proceso de reducción. Tampoco advierto -he aquí otra cuestión importante-, por más que observe, que crezca ni siquiera un poquito, siendo como es tan natural que los perros de corta edad se desarrollen casi de día en día, como cabría decir exagerando un tanto. Esto le da algunos caracteres de inmutabilidad que no me tienen tranquilo. Si Reducido, si mi Reducido, este perrito tan jovial, tan buen perro, es decir, tan buen amigo, no varía, es que tiene la fijeza de un sueño, nada más que de un sueño. Es, entonces, mi Reducido, como una persistente pesadilla, que vuelve siempre, igual, torturante, y aunque él no puede considerarse de ningún modo pesadilla me tiene el corazón sobresaltado, no en el momento en que se extingue, sino en el día,
por la probabilidad nunca desechable, de que en la noche no vuelva.

Por eso, admitiendo que sea un sueño, necesito que se traslade a mi vida despierta. Si lo es, tendré, en esta miserable vida mía, sin sol, aunque bajo el sol, un sueño. Si lo es, no tendré que temer la ausencia definitiva, una noche cualquiera, porque, pese a que nada ha hecho para que yo pueda juzgarlo así, puede ser inconstante y pasarse, con sus pasos de sombra, a los sueños de alguno de mis vecinos. Vivo, sobre la tierra, es indiscutible, puede morir. Pero pensaré en su muerte como en la mía: pensaré que es algo que no viene, aunque se desee, si no se busca de frente.

Ya he conversado con Reducido. Le confesé, francamente, mis inquietudes, que quizás antes no se le escapaban, porque es muy perspicaz, muy avisado. Le pedí que se apee de la noche y venga. Me pidió él que no le exigiera la respuesta hasta la noche de ayer. Su respuesta no responde directamente a mi pedido. Me contesta que sí, que le gusta ser mi perro y podemos pasar juntos más tiempo; pero a su vez, me propone algo que también me obliga a diferir la respuesta, hasta pensarla bien.

Esta noche debo contestarle. No faltan muchas horas y he de resolver, siendo, como es, tan difícil decidir sobre lo que Reducido quiere. Porque lo que Reducido quiere es que yo me vaya con él, es decir, que yo me vaya con él a los sueños.

Antonio Di Benedetto. Mundo animal (1953)

martes, 12 de junio de 2012

Apuntes

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Cuál es la sintaxis de la mirada. La respuesta está en un lente canon.

*
Qué preposiciones deben usarse para darle velocidad a una muestra de danza, o diría, cuáles son las preposiciones del vuelo. La respuesta posiblemente esté contenida en la columna vertebral, la sintaxis de una mariposa.

*
En dónde están contenidos los colores del sueño, cómo narrarlos, describirlos.

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Qué consonantes son las adecuadas para acercarnos a una pieza avant-garde.


lunes, 28 de mayo de 2012

Entorno literario

"Escribir se me ha vuelto odioso y no sé qué hacer. De buena gana me ocuparía de la medicina; aceptaría cualquier puesto, pero carezco de la habilidad necesaria. En estos momentos cuando escribo o pienso en lo que debo escribir, siento tanta repugnancia como si hubiera comido una sopa de col de la que hubiesen sacado una cucaracha (perdone la comparación). No es la escritura en sí misma la que me da náuseas, sino el entorno literario, del que no es posible escapar, y que te acompaña a todas partes, como a la tierra su atmósfera."

(A Lidia Avílova, Mélijovo, 25 de Julio de 1898)

Antón P. Chéjov

lunes, 14 de mayo de 2012

Tan poco

Dije tan poco.
Días cortos.
Días cortos,
Noches cortas,
Años cortos.
Dije tan poco,
No llegué.
Cansó a mi corazón
El entusiasmo,
El desconsuelo,
El celo,
La esperanza.
La boca del leviatán
Se cerró sobre mí.
Yací desnudo en las playas
De islas desiertas.
Me llevó consigo al abismo
La blanca ballena del mundo.
Y ahora no sé
Qué fue lo verdadero.
C. Milosz

[traducción de Gerardo Beltrán]




domingo, 1 de abril de 2012

El fantasma




Te visitan en la hora más oscura
todos tus amores perdidos.
El camino de tierra que conducía al manicomio
se despliega otra vez como los ojos
de Edna Lieberman,
como sólo podían sus ojos
elevarse por encima de las ciudades
y brillar.
Y brillan nuevamente para ti
los ojos de Edna
detrás del aro de fuego
que antes era el camino de tierra,
la senda que recorriste de noche,
ida y vuelta,
una y otra vez,
buscándola o acaso
buscando tu sombra.
Y despiertas silenciosamente
y los ojos de Edna
están allí.
Entre la luna y el aro de fuego,
leyendo a sus poetas mexicanos
favoritos.
¿ y a Gilberto Owen,
lo has leído?,
dicen tus labios sin sonido,
dice tu respiración
y tu sangre que circula
como la luz de un faro.
Pero son sus ojos el faro
que atraviesa tu silencio.
Sus ojos que son como el libro
de geografía ideal:
los mapas de la pesadilla pura.
Y tu sangre ilumina
los estantes con libros, las sillas
con libros, el suelo
lleno de libros apilados.
Pero los ojos de Edna
sólo te buscan a ti.
Sus ojos son el libro
más buscado.
Demasiado tarde
lo has entendido, pero
no importa.
En el sueño vuelves
a estrechar sus manos,
y ya no pides nada.

Roberto Bolaño

jueves, 29 de marzo de 2012

27-03-12

Importa poco no saber orientarse
en una ciudad. Perderse, en cambio,
en una ciudad como quien se pierde
en el bosque, requiere aprendizaje.
Enrique Vila-matas

*
Uno viaja cuando se encuentra perdido. Amanecí extraviado ¿No hay nada en la bandeja? La manera en la que veo evaporarse las cosas que me importan, no puede sino desestabilizarme. Tomé un autobús con destino fijo. Busco un lugar ajeno, miro rostros distintos a los que cotidianamente veo y aún así, algún timbre de voz que me suena reconocible, me hace prestarle atención.

*
He venido a esta ciudad porque cumple años alguien a quien quiero y, aunque no crea mucho en este tipo de festividades, sé que es importante para los dos que yo esté acá. A pesar de que hoy sea martes, percibo una levedad, un aligeramiento en los pasos de los otros. Ya mañana "correré hacia ninguna parte" pienso en Kafka. Uno declara en un instante la peregrina esperanza.
Hay una idea fija "viajar para narrar". Y hay una más : Ella ya no está. Ella no llega, aparece. No aparece, se vislumbra. Asoma hasta que en un momento se hace la plenitud.
Entonces en el viaje uno olvida. Narrar el olvido. Narrar los vestigios de una gota evaporada...

*
Hablar de realidad empieza a perder sentido. Ahora estoy leyendo, vivo en un mundo de libros, de citas, de experiencias robadas. En contraste a la irrealidad debería pensar en la inexactitud. "Una leve distorsión y todo se ha perdido...¿Por qué hemos gastado tanto tiempo pensando a la verdad como un hecho moral? Mentir no es una alteración de la ética, sino una especie de falla en una máquina de vapor del tamaño de esta uña." La verdad es tan artificial como el tiempo. Así que si no encuentro el mensaje en mi bandeja, no debería importarme, tampoco estoy seguro de que eso haya sido cierto. Aunque también podría decir: Soy una máquina con fallas que se conduce con choques irremediablemente.
En definitiva, pienso en Macedonio Fernández: he venido para emanciparme de mis imposibles.

lunes, 26 de marzo de 2012

25/03/12

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He dejado algunas ideas en su bandeja de entrada. No quiero llenarme de ausencias: una frase justa.
La distancia no se mide por abstracciones como esta: d=\sqrt{(x_2-x_1)^2+(y_2-y_1)^2} la distancia implica la ausencia del lenguaje, es como el tiempo que se detiene cuando cada uno de los instantes que lo contienen, estallan. Entonces, la palabra nos aproxima.

*
Vi "La piel que habito" irremediablemente pensé en Macedonio y la idea de inmortalizar a la persona amada, también saltó la idea del monstruo romántico. Otro cliché narrativo: eternizar a la amada, pienso en la idea Beatriz Viterbo, la vida y el verbo unidas para perpetuar ese algo, una vez más el lenguaje aproxima.

*
Releo a Piglia, busco en su diario la teoría del relato. "Un diario registra lo que todavía no es..."
El diario es una máquina del futuro, busco las marcas textuales que muestran una teoría literaria.

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Estoy leyendo poesía, lo que significa que algo me ha atravesado. Mi geografía literaria me ha regresado al sur. Encontré algo de Roberto Juarroz:

105
La luz es un obstáculo para ver./ Y también lo son el objeto mirado/ y el ojo que lo mira./ La mirada es un pensamiento todavía sin forma.

Ver es en cambio una avenida del pensamiento/ más allá de la luz.

Yo he tocado tu sueño/ con las manos que me dio mi visión./ Tú has tocado mi muerte/ con el tacto completo que inventó tu ternura./ Y los dos, sin saberlo/ hemos visto más allá de nosotros/
y también sin nosotros/ una luz donde ambos/ somos uno y no dos.

Y ahora hay que ir aún más lejos:/ hay que ver desde allí/ cómo uno se convierte en ninguno.