[] Fractario-Re

miércoles, 6 de mayo de 2009

Instantánea en la estación de Tren

para Jos

Y la única separación que ahora nos amenaza es el sueño
Adam Zagajewsky



Luis Gondo saca de entre todos sus papeles un cartoncillo que había depositado meses atrás. Doblado. Estaba perdido como quien pretende olvidar y se hace el tonto jugando a las escondidas. Cabe decir que se trata de un boleto de viaje. Gondo no había podido deshacerse del cartoncillo. Intentó regalarlo. Un amigo suyo había visitado la ciudad y se lo ofreció. El amigo también guardaba uno: en su cartera. Todos intentamos materializar a la memoria. De ahí que existan los souvenirs.
Luis Gondo se efrenta a dos posibilidades. Sabe que su destino está trazado de manera descifrable: hacer el viaje o seguir reduciendo sus sensaciones a un insignificante pedazo de papel. Gondo entonces, asume una tercera. Llega a la estación del metro y mira las manecillas. Intenta escuchar el paso del tiempo y se mira parado frente al abismo del olvido. Sabe que el boleto no-significa. Que somos nosotros quienes re-significamos las cosas: produciendo su propia carencia. Trazando ausencias.
Deposita el cartoncillo en la máquina de acceso. Una vez dentro del vagón, nada importa. Se acerca a su mundo privado, lentamente llega a la hora del sueño, donde sabe que sus deseos no mienten.
Cuando la gente regresa de ciertos viajes
ellos pueden volver
pero nunca la ciudad que dejaron atrás.
Y los amantes
siempre somos esa ciudad.
Heriberto Yépez

lunes, 13 de abril de 2009

Espejismos habitados


" Un mapa, -dijo-, es una sinopsis de la realidad, un espejo que nos guía en la confusión de la vida. Hay que saber leer entre líneas para encontrar el camino. Fíjese. Si uno estudia el mapa del lugar donde vive, primero tiene que encontrar el sitio donde está al mirar el mapa. Aquí, por ejemplo, -dijo-, está mi casa. Hizo una cruz...Hay representaciones que se unen con las cosas de las que son signos por una relación visible. Pero en esa visibilidad hacen desvanecer el original. Cuando se mira un objeto como si fuera la imagen de otro se produce lo que yo he decidido llamar la situación sinóptica. Así es la realidad. Vivimos en un mundo de mapas y réplicas...-La idea de una cosa que deviene otra cosa que es ella misma y se sutituye en su doble, nos atrae, y por eso producimos imágenes. Pero mientras que el desdoblamiento representativo remite al despliegue de una relación articulada sobre un relevo, la sustitución sinóptica, -lo que yo llamo la sustitución sinóptica- significa la supresión del relevo intermediato. La réplica es el objeto convertido en la idea pura del objeto ausente."
Fragmento: Pequeño proyecto de una ciudad futura
Ricardo Piglia

jueves, 2 de abril de 2009

At The Chime Of A City Clock


A city freeze get on your knees
Pray for warmth and green paper

A city drought, you’re down and out
See your trousers don’t taper
Saddle up kick your feet
Ride the range of a London street
Travel to a local plane
Turn around and come back again

And at the chime of a city clock
Put up your road block
Hang on to your crown
For a stone in a tin can
Is wealth to the city man
Who leaves his armour down

Stay indoors beneath the floors
Talk with neighbours only
The games you play make people say
You’re either weird or lonely
A city star won’t shine too far
On account of the way you are
And the beads around your face
Make you sure to fit back in place

And at the beat of a city drum
See how your friends come in twos,
Or threes or more
For the sound of a busy place
Is fine for a pretty face
Who knows what a face is for

The city clown will soon fall down
Without a face to hide in
And he will lose if he won’t choose
The one he may confide in
Sonny boy with smokes for sale
Went to ground with a face so pale
And never heard about the change
Showed his hand and fell out of range

In the light of a city square
Find out that face that’s fair
Keep it by your side
When the light of the city falls
You fly to the city walls
Take off with your bride

But at the chime of a city clock
Put up your road block
Hang on to your crown
For a stone in a tin can
Is wealth to the city man
Who leaves his armour
Down

martes, 31 de marzo de 2009

domingo, 29 de marzo de 2009

Plain notebook (Fragmento)


*

El viajero no sabe que la ciudad de Puebla se sostiene por deseos, y éstos, a su vez, son los que poseen a sus habitantes.

*

Thomas Klaus miraba el reloj que indicaba las 12:00 horas, la estación de trenes estaba habitada por cientos de jóvenes estudiantes, él se podía distinguir por su cabello largo y su estilo de vestir pasado de moda: suéter de rombos y pantalón de pana café; todos los demás uniformados. Alemanes. Todo un ejército de batalla. Klaus llevaba bajo la axila una cantidad considerable de papel de estraza y una libreta Moleskine, que estaba envuelta entre los demás papeles. Su equipaje: una maleta y un reproductor con música de Can, Manneheim Steamroller y Museum Rosenbach.

*

Plain notebook

Jardines de San Francisco

Puebla, 19 de febrero

Llevo relativamente pocos días en esta ciudad que me parece fascinante. Puebla se descubre en una estructura arquitectónica barroca, caótica, pero su traza es tan clásica, tan lineal, que por momentos pienso que no ­podré extraviarme en esta urbe. Mientras camino por un lugar que se encuentra cruzando lo que antes fue un río, una especie de fatamorgana: un jardín con desniveles que es capaz de aislar los sonidos de la ciudad y la antigua arquitectura de una fábrica que se descubre sólo una vez que te internas en ella, hasta el momento de pertenecer a este gran espacio verde. Decía que mientras camino, veo a muchas parejas, expresan su cariño de una forma ajena, parece que todos viven un simulacro de pasiones, todos actúan de forma mecánica: se toman de la mano, se sientan y besan. En mi país, sólo queda el yo.

*

Thomas Klaus reconoce en el viaje una búsqueda. Sabe que ahí todo se torna más entrañable.


*

Después de un camino de media hora han dejado atrás la ciudad, al menos eso piensa Thomas, puede ver desde el estudio de Perla un mosaico de luces. Siente igual que él a la ciudad fragmentándose en la oscuridad. Se queda mirando a lo lejos

y no dice

palabra [ ].

Cree que la casa es una fatamorgana a las afueras de Puebla. Después de un rato toman el té preparado por Perla y conversan… se sugieren.

Perla mira los ojos verdes de Thomas y desnuda el cuerpo en el paraíso de su memoria, ella desconoce el destino de esta idealización, se calla porque tiene miedo de nombrar lo que no existe. Sabe que llegar a su casa fue una muestra mínima de la trascendencia del tiempo en ese espacio reflejado en la mirada de Thomas Klaus, que no tiene más que el presente: sentados en el césped y que el futuro, como dice Enrique Vila-matas, es sólo una figura retórica.


martes, 17 de marzo de 2009

Crimen contra las letras

Hay dolores que matan: pero los hay más crueles,
los que nos dejan la vida sin permitirnos jamás gozar de ella.


Guillaume Apollinaire

Después de enterarme de las atrocidades por parte del estado, no tengo más que mostrar la molestia contenida en el silencio de las letras. Más allá de la estrecha relación que mantengo con Miguel Ángel, Federico y Álvaro, me parece, debe tratarse de una denuncia. ¿En qué clase de País estamos viviendo? ¿Existe algún ligero valor ético en la gente que se supone debe "salva guardar" a la ciudadanía en Puebla y en México en General?Me parece que no. Sin duda son preguntas comunes, pero las dajemos en el olvido y se activan, desgraciadamente, una vez que el terror está cercano.
Ahora, mientras observo la fotografìa de mi amigo Federico Vite, golpeado con una brutalidad cercana sólo a la de un animal, pregunto, cuál es la función de la escritura, qué tanto daño puede ocasionar. No lo sé. Si algo puedo decir con palabras, seguramente no se compara en nada con el tiempo que tuvieron secuestrados a mis tres amigos y el miedo que después de una amenaza, un atentado contra sus vidas, queda en el incesante segundo de la memoria que una vez más, es golpeada en mi país.

Nota del diario: La jornada de Oriente

El día Miércoles 18 de Marzo
a las 12 hrs. habrá una rueda de prensa:
Profética Casa de la Lectura
3 sur 701.
Puebla, Puebla. 72000
México


Los esperamos...

lunes, 16 de marzo de 2009

Repudiamos agresión contra escritores

A la presidenta constitucional de Puebla capital

A la comunidad artística en general

A la población en general





El día 14 de marzo, aproximadamente a las 3:30 horas, los escritores Federico Vite, Miguel Ángel Andrade y Álvaro Solís fueron víctimas de una brutal agresión policiaca en pleno centro histórico de la ciudad de Puebla capital, en México.

Lo que comenzó como una revisión rutinaria derivó en una serie de atrocidades que pusieron en peligro la vida de Vite, Andrade y Solís. Los escritores se dirigían a sus respectivos domicilios cuando fueron interceptados por cuatro policías armados, quienes descendieron de una patrulla (camioneta Dodge, cuyo número se omite para no entorpecer las averiguaciones) y de inmediato los amagaron con armas largas. Golpearon a Vite, Andrade y Solís; los esposaron, los atacaron en el piso y los aventaron a la batea de la camioneta.

Los insultos, intimidaciones y vejaciones duraron aproximadamente cuarenta minutos; el comando dedicado a salvaguardar la seguridad de los habitantes de esta ciudad abandonó a los escritores en un solitario paraje a las orillas de Puebla.

La golpiza incluyó amenazas de muerte, burlas y encañonamientos con armas largas, además de una constante humillación y vejación a los escritores. La ira y violencia de los policías se desató cuando Federico Vite se identificó como reportero del periódico Intolerancia. Algunos de los insultos y amenazas que profirieron los policías durante el trayecto en la camioneta fueron: “¿Crees que por ser de la prensa no te podemos partir la madre?”, “la prensa se ha encargado de humillarnos ante la sociedad, a ver si a golpes aprenden a callarse”, “¿te crees muy cabrón sólo porque eres periodista, ahora vas a aprender a callar?”.

El evidente desprecio y rencor de los policías refleja la impunidad que desde hace tiempo rige este país. Recordemos, por ejemplo, que en el estado de Puebla se ordenó la persecución de Lydia Cacho Ribeiro; además, Puebla, de acuerdo con el Centro de Periodismo y Ética Pública (CEPET), es el cuarto lugar nacional en agresiones contra periodistas.

¿Qué confianza hay en los grupos policiacos, cuando en lugar de salvaguardar la seguridad de los habitantes son los encargados de asaltar, golpear, humillar y amenazar a los civiles? ¿Cómo es posible que el Ayuntamiento de Puebla se haya gastado --- millones de pesos de publicidad e imagen y en un año de gobierno no haya invertido el mismo capital en sanear los cuerpos policiacos?

El combate a la delincuencia no exime, por ningún motivo, el respeto a los derechos humanos. La inseguridad es otra forma de evitar la libre expresión de ideas. Exigimos el irrestricto respeto a las garantías individuales de los escritores, hacemos público nuestro apoyo a los compañeros y manifestamos nuestro repudio en contra de estos hechos. Exigimos que se castigue a los responsables y se garantice la seguridad de Álvaro, Federico y Miguel Ángel.

El ultraje que sufrieron estos jóvenes representa también un agravio directo contra toda la comunidad literaria de Latinoamérica, por este medio nos solidarizamos con ellos.



Puebla de Zaragoza, México

14 de marzo de 2009

viernes, 6 de marzo de 2009

Fracturas en el paisaje


Hay una condición fractus. El caso del lector no es la excepción. ¿Qué está pasando con la lectura que cada vez se reduce más? Podría llamarlo el malestar del link, la búsqueda perpetua de información. Nos llenamos, sobresaturamos la mente de información y olvidamos que nuestra memoria es espacial, entonces, ¿por qué esa idea de búsqueda concreta en la pantallas de la computadora? ¿por qué no dejarnos perder por los extraños caminos del libro, por la pantanosa senda de historias, por ese peso de las tapas y el olor de sus hojas? Hay una extraña relación que por momentos parece analogía. No lo es. Cuando leemos es bien sabido que nos encontramos en una especie de soledad, nos damos un tiempo para nosotros; sin embargo, el uso de computadoras y celulares, no marca ninguna relación directa con ese espacio solitario, es una soledad cibernética, un vacío saturado de enlaces. Nada tiene que ver.

Fracturemos nuestro entorno cotidiano, demos tiempo a la soledad, al café de las 5 de la tarde frente al libro, saquemos del bolsillo el último ejemplar adquirido y olvidemos el ruido de la ciudad en cualquier parque, adentrémonos en espacios rotos y con esa pedacería armemos nuestra realidad.


Más sobre el tema: Lector fragmentario