Las frases son piedrecillas que el escritor arroja en el alma del lector. El diámetro de las ondas concéntricas que desplazan depende de las dimensiones del estanque.
El escritor procura que la sintaxis le devuelva al pensamiento la sencillez que las palabras le quitan.
Escribir corto, para concluir antes de hastiar.
¿Qué importa que el historiador diga lo que los hombres hacen, mientras no sepa contar lo que sienten?
El que ignora que dos adjetivos contrarios califican simultáneamente todo objeto no debe hablar de nada.
Las palabras no comunican, recuerdan.
Creyendo decir lo que quiere, el escritor sólo dice lo que puede.
Nicolás Gómez Dávila, Escolios a un texto implícito
En la aparente confusión de nuestro mundo misterioso los individuos se ajustan con tanta perfección a un sistema, y los sistemas unos a otros y a un todo, que con sólo dar un paso a un lado cualquier hombre se expone al pavoroso riesgo de perder para siempre su lugar. Como Wakefield, se puede convertir, por así decirlo, en el paria del Universo.