[] Fractario-Re: marzo 2012

jueves, 29 de marzo de 2012

27-03-12

Importa poco no saber orientarse
en una ciudad. Perderse, en cambio,
en una ciudad como quien se pierde
en el bosque, requiere aprendizaje.
Enrique Vila-matas

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Uno viaja cuando se encuentra perdido. Amanecí extraviado ¿No hay nada en la bandeja? La manera en la que veo evaporarse las cosas que me importan, no puede sino desestabilizarme. Tomé un autobús con destino fijo. Busco un lugar ajeno, miro rostros distintos a los que cotidianamente veo y aún así, algún timbre de voz que me suena reconocible, me hace prestarle atención.

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He venido a esta ciudad porque cumple años alguien a quien quiero y, aunque no crea mucho en este tipo de festividades, sé que es importante para los dos que yo esté acá. A pesar de que hoy sea martes, percibo una levedad, un aligeramiento en los pasos de los otros. Ya mañana "correré hacia ninguna parte" pienso en Kafka. Uno declara en un instante la peregrina esperanza.
Hay una idea fija "viajar para narrar". Y hay una más : Ella ya no está. Ella no llega, aparece. No aparece, se vislumbra. Asoma hasta que en un momento se hace la plenitud.
Entonces en el viaje uno olvida. Narrar el olvido. Narrar los vestigios de una gota evaporada...

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Hablar de realidad empieza a perder sentido. Ahora estoy leyendo, vivo en un mundo de libros, de citas, de experiencias robadas. En contraste a la irrealidad debería pensar en la inexactitud. "Una leve distorsión y todo se ha perdido...¿Por qué hemos gastado tanto tiempo pensando a la verdad como un hecho moral? Mentir no es una alteración de la ética, sino una especie de falla en una máquina de vapor del tamaño de esta uña." La verdad es tan artificial como el tiempo. Así que si no encuentro el mensaje en mi bandeja, no debería importarme, tampoco estoy seguro de que eso haya sido cierto. Aunque también podría decir: Soy una máquina con fallas que se conduce con choques irremediablemente.
En definitiva, pienso en Macedonio Fernández: he venido para emanciparme de mis imposibles.

lunes, 26 de marzo de 2012

25/03/12

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He dejado algunas ideas en su bandeja de entrada. No quiero llenarme de ausencias: una frase justa.
La distancia no se mide por abstracciones como esta: d=\sqrt{(x_2-x_1)^2+(y_2-y_1)^2} la distancia implica la ausencia del lenguaje, es como el tiempo que se detiene cuando cada uno de los instantes que lo contienen, estallan. Entonces, la palabra nos aproxima.

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Vi "La piel que habito" irremediablemente pensé en Macedonio y la idea de inmortalizar a la persona amada, también saltó la idea del monstruo romántico. Otro cliché narrativo: eternizar a la amada, pienso en la idea Beatriz Viterbo, la vida y el verbo unidas para perpetuar ese algo, una vez más el lenguaje aproxima.

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Releo a Piglia, busco en su diario la teoría del relato. "Un diario registra lo que todavía no es..."
El diario es una máquina del futuro, busco las marcas textuales que muestran una teoría literaria.

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Estoy leyendo poesía, lo que significa que algo me ha atravesado. Mi geografía literaria me ha regresado al sur. Encontré algo de Roberto Juarroz:

105
La luz es un obstáculo para ver./ Y también lo son el objeto mirado/ y el ojo que lo mira./ La mirada es un pensamiento todavía sin forma.

Ver es en cambio una avenida del pensamiento/ más allá de la luz.

Yo he tocado tu sueño/ con las manos que me dio mi visión./ Tú has tocado mi muerte/ con el tacto completo que inventó tu ternura./ Y los dos, sin saberlo/ hemos visto más allá de nosotros/
y también sin nosotros/ una luz donde ambos/ somos uno y no dos.

Y ahora hay que ir aún más lejos:/ hay que ver desde allí/ cómo uno se convierte en ninguno.