El sueño de los espectros en la hora infame
que es todas las horas
aceza perseguido por el bosque…
Leopoldo María Panero y José Águedo Olivares
2:26 de la mañana, un sonido habitual de celular me ha despertado, después, el silencio se filtra por la alcoba. El silencio está íntimamente relacionado a la memoria. Ha habido un regreso. Pensé que sería algo más simbólico, quizá en el fondo lo es y aún no termino de percibirlo. Un fantasma aparece de entre las luces neón y el humo del cigarrillo que se desplaza lentamente como vida de niño que no tiene conciencia del tiempo, éste que busca en las heces del olvido. Por qué debía de encontrarle esa madrugada, por qué en ese espacio, el símbolo está ahí, pero no logro descifrarlo. No recuerdo exactamente hace cuánto tiempo pasó, pero aún recuerdo la furia contenida en cada una de mis palabras. Fue por ese entonces cuando empecé a probar suerte con el filo de las letras, cuáles son las que más se incrustan, cuáles sólo hacen una ligera perforación… no hay un arrepentimiento, estoy convencido de que todo lo que pasó estaba determinado, alguien tenía que hacerle saber ciertas cosas, aunque creo que él no ha cambiado y ahora no sé si eso me importe. No esperaba el tipo de recuentros comunes: un abrazo y un beso, no, tampoco esperaba que su rostro se perdiera entre el humo y un sentimiento indigo, una mujer que bailaba para nosotros, que intenta hacernos pasar un rato feliz, los malos chistes que con el paso de la noche se tornan al hastío; la vida se muestra con humor, no hay duda de eso. No sé qué tan difícil sea conocer a esa persona que se llama a sí mismo tu padre, curioso, mi Padre nunca tuvo problema en que le llamara Juan, así, a secas y tampoco fue tan difícil descubrirlo, soy en gran parte él, mi música nació desde esa posición, la mayoría de mis criterios tienen ahí sus raíces; en cambio el aparecido llega con la idea de asumirse como mi padre, no lo sé… la vida prostituye posiciones y hay quienes pretenden jerarquizarlas.
Debo confesar que nunca había sentido tan poca conmoción por estar con una persona y si decidí verlo en los días siguientes, es sólo para saber qué hay, no quiero resentimientos en mi vida, tampoco pretendo asumir nuevas posiciones, no por él.
Es tan nula mi relación, que podría dejar de escribir ahora mismo sobre ese tema. Si esta vez quedará la duda, la incertidumbre que me recorrió por años, pero tengo que asumir que alguien no desaparece, que alguien se presenta, se muestra…
1 comentario:
Interesante texto, me gusta cómo has desarrollado tu prosa. Sin embargo me quedo esperando: ¿luego qué?
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