[] Fractario-Re: octubre 2009

jueves, 29 de octubre de 2009

No soy en absoluto un virtuoso del piano, me dije, no soy un intérprete, no soy un artista reproductor. Ni un artista siquiera. Lo degenerado de aquel pensamiento me había atraído en seguida. Todo el tiempo, mientras iba a casa del maestro, había dicho, una y otra vez, esas palabras: ¡Ni siquiera un artista! ¡Ni siquiera un artista! ¡Ni siquiera un artista! P.18

Miles de sus papeles yuxtapuestos, pensé, y publicarlos con el título El malogrado. Absurdo. Yo había calculado que él había aniquilado todos esos papeles en Traich y Viena. No dejar huella fue, al fin y al cabo, una de sus máximas. P.61

…ya antes de haber conocido a Glenn, había pensado en dejarlo, en la falta de sentido de mis esfuerzos, a dondequiera que iba, yo era siempre el mejor, pero acostumbrado a esa situación, no dejaba de pensar en dejarlo, en interrumpir algo sin sentido, en contra de todas las voces que me aseguraban que yo era uno de los mejores, pero ser uno de los mejores no me bastaba, quería ser el mejor o nada, de forma que lo dejé, y regalé mi Steinway… Ser el mejor o no ser nada había sido siempre mi pretensión, en todos los aspectos. Por eso acabé finalmente en la calle del Prado, en un anonimato total, ocupado en mi insensatez de escritor. P.90

Thomas Bernhard

Fragmento El Malogrado

A nuestro padre no le perdonamos que nos haya hecho, a nuestra madre que nos haya parido, decía, a nuestra hermana que sea continuamente testigo de nuestra desgracia. Existir no significa otra cosa al fin y al cabo que: nos desesperamos, según él. Cuando me levanto, pienso en mí con horror y me aterra todo lo que me espera. Cuando me acuesto, no tengo otro deseo que morir, no desesperarme más, pero entonces me despierto otra vez y ese espantoso proceso se repite, se repite en definitiva durante cincuenta años, no hemos deseado otra cosa que estar muertos, y que seguimos viviendo aún y que no podemos cambiar nada, porque somos totalmente incosecuentes, según él. Porque somos la miseria misma, la bajeza misma. ¡Sin talento musical!, exclamaba ¡sin talento para existir! Somos tan altaneros que creemos que estudiar música es lo que importa, cuando ni siquiera somos capaces de vivir, ni siquiera estamos en condiciones de existir, porque la verdad es que no existimos, ¡no existen!, así dijo una vez en la Währingertrasse, después de haber caminado los dos cuatro horas y media por Brigittenau, hasta el agotamiento total. P.55



El se quedaba casi sin aliento cuesta arriba y, sin embargo, se me adelantaba. No podía subir escaleras y, sin embargo, estaba en el tercer piso antes que yo, todo intentos de suicidio, pensé ahora, observando la sala del mesón, intentos inútiles de escapar al existir. P.56

…Werthaimer no se mató en el momento más favorable para él, quien se mata no se mata nunca en el momento más favorable para él, pero la llamada muerte natural es la que se produce en el momento más favorable. Werthaimer había querido emular a Glen, pensé, y al mismo tiempo darle una lección a su hermana, pagárselo todo con creces, al ahorcarse prcisamente a sólo cien pasos de la casa de ella en Zizers. Se compró un billete en Zizers junto a Chur, y se fue a Zizers y se ahorcó a cien pasos de la casa de su hermana. P58

Thomas Bernhard

sábado, 24 de octubre de 2009

Esta es una banda japonesa que sigue la línea del género musical Zeuhl, una rama del progresivo creada por el gran baterista Christian Vander, líder de la banda francesa Magma. Zeuhl significa en Kobaïano (lengua inventada después de un sueño por Vander -más o menos a la manera de Tolkien)celestial.

sábado, 17 de octubre de 2009

POEMA PARA EVM

Qué lugar es ése al que nos llevarán nuestras palabras, las

bellas durmientes, por caminos a menudo distintos, qué eriazo,

qué infierno, qué nos espera allí, Enrique, en esa blancura en la

que nos reuniremos finalmente, qué aullidos, qué silencio,

qué permutaciones nos aguardarán cuando hayamos

atravesado todo lo que hay que atravesar, cuando nos

hayamos despojado de todo, qué olvidos, qué.

En algún lugar infinito se esconde, en un tiempo que nos es

ajeno, que ni siquiera nos molestamos en mensurar, allí, donde

tiene una casa nuestro terror de alquiler.


Roberto Bolaño

jueves, 8 de octubre de 2009

La competición



Al señor Valéry no le gustaba competir.
Solía decir, al respecto de cualquier competición, que todas las clasificaciones eran malas del primero al último puesto.
Y se preguntaba:

-¿Ganar a los demás para qué? ¿Perder frente a los demás por qué?
-Prefiero ser el viceúltimo o subúltimo -apostillaba con ironía.

Y explicaba:

-Sólo existe justicia en una competición si todos parten de condiciones iguales. Pero eso no existe, sabido es. Y si todos fuesen iguales, ¿cómo podría quedar uno por delante de otro? En una competición las personas siempre acaban como habían empezado -concluía el señor Valéry.

Y el señor Valéry añadía:

-A mí lo que me gustaría sería una carrera de cien metros en la que cada pista terminase en un punto distinto.

-Imaginad cuatro pistas de cien metros que fuesen así...

Imagen

-De este modo -proseguía el señor Valéry-, al acabar la competición, cada atleta comprendería mejor que le esperaba al día siguiente. Aunque ganara la competición, acabaría la carrera solo, lo que en sí es una pequeña lección de vida.

Y tras esta afirmación algo ambigua, el señor Valéry retomó su paseo diario, el cuerpo ligeramente encorvado, el sombrero calado hasta las orejas, y solo, completamente solo. como siempre.

Gonzalo M. Tavares
El señor Valéry

miércoles, 7 de octubre de 2009

Taza-alcantarilla


A veces pienso que de no haberte ido, las cosas habrían marchado bien. Uno conoce la distancia, a veces ni siquiera es necesario salir del país, exiliarse para sentirse desplazado o fuera de lugar.
Pasa el tiempo. Las cosas en casa no cambian mucho, quizá use el cabello más corto o largo, depende del clima, pero en el fondo seguimos siendo los mismos. Nos citamos en un café que seguramente no conoces, pero eso no tiene importancia. Hablamos de qué, no lo recuerdo para este momento. Y me miras mientras mueves tus labios, seguro no tienes idea de las ganas que tengo de lanzarme, pero tampoco importa.Y pasamos unas horas juntos, mientras me hablas de una película que no has visto; del trabajo, de tu tesis y esas cosas a las que ya no pertenezco. Y así, mientras más hablamos, más me doy cuenta de lo infinitamente alejados que nos encontramos. Tú allá con una vida de no sé qué y yo mientras miro como es que crece un árbol, y que el césped nada más no pega. En algún momento pienso en una canción:

Ah but you got away, didn't you babe,
you just turned your back on the crowd,
you got away, I never once heard you say,
I need you, I don't need you,
I need you, I don't need you
and all of that jiving around.

Tomo mi café y miro hacia la calle, prendo un cigarro y vuelvo a verte, pienso en invitarte a mi caos, a perder lo poco que queda en una apuesta contra el tiempo, pero no, me parece una mejor idea que ninguno al fin, se necesite. El agua siempre correrá hacia un hueco.