[] Fractario-Re: Fragmento

viernes, 7 de marzo de 2008

Fragmento

Días antes se refugió en los sonidos graves del bajo que limpiaba y cuidaba sin darse cuenta de que existía algo simbólico. Empezó por quitar cada uno de los trastes, como si tuvieran cierta carga emocional: no había preguntas, sólo los quitaba.

Una estación gris como el clima, Monteiro acompañaba a su instrumento con su cabellera larga que en el viento chocaba, un balanceo ligero en cada paso. Gabardina negra para cuidarse del día y una pequeña mochila que contenía un universo mínimo.


Era un músico excéntrico, tenía la técnica de Pastorius y la velocidad de un guitarrista flamenco y, en el fondo, tocaba para nadie. Su música la construía a base de fragmentos: cortaba cada pieza y jugaba con posibilidades infinitas, cada nota era un trozo de vida. Sólo se dedicaba al fragmento, insisto. Como todo Jazz men su vida estaba dividida: [una casa] [una amiga] [hoteles baratos] [un barrio en las afueras] […]

Sólo ella hacía olvidar el fragmento y complementar su música.

Monteiro sube al vagón, su equipaje es nulo; el destino indefinido, el dinero seguramente es poco. Entra al cuarto y del estuche saca el fretless. Prepara el metrónomo. Libera los largos dedos de los guantes de piel. El frío fuerte. Una escala, otra más: improvisar con la mano suelta, en comunión las notas y sus dedos. Una pequeña parte de un blues: sólo una. Y en el recuerdo azul, las notas suben y bajan, pasean rápidamente, se detienen, guardan silencio, un swing, lento, delicado y de repente la sensación, sólo la sensación de tranquilidad. Deja de tocar y extrañamente no sucede nada y cada pasaje continuo le da la posibilidad de una pérdida de la memoria, cada traste que recorre, es eso, una pérdida.

Empieza a acostumbrarse a ese tipo de cosas: salir de casa y al final del día no saber porque está en otra parte de sí, en otra ciudad.
Y regresa entonces, a recorrer el diapasón del Bajo, cada espacio vacío del metal.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Muy buena, Pepillo.
La gente de pie pide un encore.

Anónimo dijo...

Pues parece que he regresado a la escritura, saludos y un abrazo...

no hay caminos para la paz, la paz es el camino dijo...

con este tipo de textos no nos puedes dejar de escribir seguido