[] Fractario-Re: marzo 2009

martes, 31 de marzo de 2009

domingo, 29 de marzo de 2009

Plain notebook (Fragmento)


*

El viajero no sabe que la ciudad de Puebla se sostiene por deseos, y éstos, a su vez, son los que poseen a sus habitantes.

*

Thomas Klaus miraba el reloj que indicaba las 12:00 horas, la estación de trenes estaba habitada por cientos de jóvenes estudiantes, él se podía distinguir por su cabello largo y su estilo de vestir pasado de moda: suéter de rombos y pantalón de pana café; todos los demás uniformados. Alemanes. Todo un ejército de batalla. Klaus llevaba bajo la axila una cantidad considerable de papel de estraza y una libreta Moleskine, que estaba envuelta entre los demás papeles. Su equipaje: una maleta y un reproductor con música de Can, Manneheim Steamroller y Museum Rosenbach.

*

Plain notebook

Jardines de San Francisco

Puebla, 19 de febrero

Llevo relativamente pocos días en esta ciudad que me parece fascinante. Puebla se descubre en una estructura arquitectónica barroca, caótica, pero su traza es tan clásica, tan lineal, que por momentos pienso que no ­podré extraviarme en esta urbe. Mientras camino por un lugar que se encuentra cruzando lo que antes fue un río, una especie de fatamorgana: un jardín con desniveles que es capaz de aislar los sonidos de la ciudad y la antigua arquitectura de una fábrica que se descubre sólo una vez que te internas en ella, hasta el momento de pertenecer a este gran espacio verde. Decía que mientras camino, veo a muchas parejas, expresan su cariño de una forma ajena, parece que todos viven un simulacro de pasiones, todos actúan de forma mecánica: se toman de la mano, se sientan y besan. En mi país, sólo queda el yo.

*

Thomas Klaus reconoce en el viaje una búsqueda. Sabe que ahí todo se torna más entrañable.


*

Después de un camino de media hora han dejado atrás la ciudad, al menos eso piensa Thomas, puede ver desde el estudio de Perla un mosaico de luces. Siente igual que él a la ciudad fragmentándose en la oscuridad. Se queda mirando a lo lejos

y no dice

palabra [ ].

Cree que la casa es una fatamorgana a las afueras de Puebla. Después de un rato toman el té preparado por Perla y conversan… se sugieren.

Perla mira los ojos verdes de Thomas y desnuda el cuerpo en el paraíso de su memoria, ella desconoce el destino de esta idealización, se calla porque tiene miedo de nombrar lo que no existe. Sabe que llegar a su casa fue una muestra mínima de la trascendencia del tiempo en ese espacio reflejado en la mirada de Thomas Klaus, que no tiene más que el presente: sentados en el césped y que el futuro, como dice Enrique Vila-matas, es sólo una figura retórica.


martes, 17 de marzo de 2009

Crimen contra las letras

Hay dolores que matan: pero los hay más crueles,
los que nos dejan la vida sin permitirnos jamás gozar de ella.


Guillaume Apollinaire

Después de enterarme de las atrocidades por parte del estado, no tengo más que mostrar la molestia contenida en el silencio de las letras. Más allá de la estrecha relación que mantengo con Miguel Ángel, Federico y Álvaro, me parece, debe tratarse de una denuncia. ¿En qué clase de País estamos viviendo? ¿Existe algún ligero valor ético en la gente que se supone debe "salva guardar" a la ciudadanía en Puebla y en México en General?Me parece que no. Sin duda son preguntas comunes, pero las dajemos en el olvido y se activan, desgraciadamente, una vez que el terror está cercano.
Ahora, mientras observo la fotografìa de mi amigo Federico Vite, golpeado con una brutalidad cercana sólo a la de un animal, pregunto, cuál es la función de la escritura, qué tanto daño puede ocasionar. No lo sé. Si algo puedo decir con palabras, seguramente no se compara en nada con el tiempo que tuvieron secuestrados a mis tres amigos y el miedo que después de una amenaza, un atentado contra sus vidas, queda en el incesante segundo de la memoria que una vez más, es golpeada en mi país.

Nota del diario: La jornada de Oriente

El día Miércoles 18 de Marzo
a las 12 hrs. habrá una rueda de prensa:
Profética Casa de la Lectura
3 sur 701.
Puebla, Puebla. 72000
México


Los esperamos...

lunes, 16 de marzo de 2009

Repudiamos agresión contra escritores

A la presidenta constitucional de Puebla capital

A la comunidad artística en general

A la población en general





El día 14 de marzo, aproximadamente a las 3:30 horas, los escritores Federico Vite, Miguel Ángel Andrade y Álvaro Solís fueron víctimas de una brutal agresión policiaca en pleno centro histórico de la ciudad de Puebla capital, en México.

Lo que comenzó como una revisión rutinaria derivó en una serie de atrocidades que pusieron en peligro la vida de Vite, Andrade y Solís. Los escritores se dirigían a sus respectivos domicilios cuando fueron interceptados por cuatro policías armados, quienes descendieron de una patrulla (camioneta Dodge, cuyo número se omite para no entorpecer las averiguaciones) y de inmediato los amagaron con armas largas. Golpearon a Vite, Andrade y Solís; los esposaron, los atacaron en el piso y los aventaron a la batea de la camioneta.

Los insultos, intimidaciones y vejaciones duraron aproximadamente cuarenta minutos; el comando dedicado a salvaguardar la seguridad de los habitantes de esta ciudad abandonó a los escritores en un solitario paraje a las orillas de Puebla.

La golpiza incluyó amenazas de muerte, burlas y encañonamientos con armas largas, además de una constante humillación y vejación a los escritores. La ira y violencia de los policías se desató cuando Federico Vite se identificó como reportero del periódico Intolerancia. Algunos de los insultos y amenazas que profirieron los policías durante el trayecto en la camioneta fueron: “¿Crees que por ser de la prensa no te podemos partir la madre?”, “la prensa se ha encargado de humillarnos ante la sociedad, a ver si a golpes aprenden a callarse”, “¿te crees muy cabrón sólo porque eres periodista, ahora vas a aprender a callar?”.

El evidente desprecio y rencor de los policías refleja la impunidad que desde hace tiempo rige este país. Recordemos, por ejemplo, que en el estado de Puebla se ordenó la persecución de Lydia Cacho Ribeiro; además, Puebla, de acuerdo con el Centro de Periodismo y Ética Pública (CEPET), es el cuarto lugar nacional en agresiones contra periodistas.

¿Qué confianza hay en los grupos policiacos, cuando en lugar de salvaguardar la seguridad de los habitantes son los encargados de asaltar, golpear, humillar y amenazar a los civiles? ¿Cómo es posible que el Ayuntamiento de Puebla se haya gastado --- millones de pesos de publicidad e imagen y en un año de gobierno no haya invertido el mismo capital en sanear los cuerpos policiacos?

El combate a la delincuencia no exime, por ningún motivo, el respeto a los derechos humanos. La inseguridad es otra forma de evitar la libre expresión de ideas. Exigimos el irrestricto respeto a las garantías individuales de los escritores, hacemos público nuestro apoyo a los compañeros y manifestamos nuestro repudio en contra de estos hechos. Exigimos que se castigue a los responsables y se garantice la seguridad de Álvaro, Federico y Miguel Ángel.

El ultraje que sufrieron estos jóvenes representa también un agravio directo contra toda la comunidad literaria de Latinoamérica, por este medio nos solidarizamos con ellos.



Puebla de Zaragoza, México

14 de marzo de 2009

viernes, 6 de marzo de 2009

Fracturas en el paisaje


Hay una condición fractus. El caso del lector no es la excepción. ¿Qué está pasando con la lectura que cada vez se reduce más? Podría llamarlo el malestar del link, la búsqueda perpetua de información. Nos llenamos, sobresaturamos la mente de información y olvidamos que nuestra memoria es espacial, entonces, ¿por qué esa idea de búsqueda concreta en la pantallas de la computadora? ¿por qué no dejarnos perder por los extraños caminos del libro, por la pantanosa senda de historias, por ese peso de las tapas y el olor de sus hojas? Hay una extraña relación que por momentos parece analogía. No lo es. Cuando leemos es bien sabido que nos encontramos en una especie de soledad, nos damos un tiempo para nosotros; sin embargo, el uso de computadoras y celulares, no marca ninguna relación directa con ese espacio solitario, es una soledad cibernética, un vacío saturado de enlaces. Nada tiene que ver.

Fracturemos nuestro entorno cotidiano, demos tiempo a la soledad, al café de las 5 de la tarde frente al libro, saquemos del bolsillo el último ejemplar adquirido y olvidemos el ruido de la ciudad en cualquier parque, adentrémonos en espacios rotos y con esa pedacería armemos nuestra realidad.


Más sobre el tema: Lector fragmentario