para Jos
Y la única separación que ahora nos amenaza es el sueño
Adam Zagajewsky
Y la única separación que ahora nos amenaza es el sueño
Adam Zagajewsky
Luis Gondo saca de entre todos sus papeles un cartoncillo que había depositado meses atrás. Doblado. Estaba perdido como quien pretende olvidar y se hace el tonto jugando a las escondidas. Cabe decir que se trata de un boleto de viaje. Gondo no había podido deshacerse del cartoncillo. Intentó regalarlo. Un amigo suyo había visitado la ciudad y se lo ofreció. El amigo también guardaba uno: en su cartera. Todos intentamos materializar a la memoria. De ahí que existan los souvenirs.
Luis Gondo se efrenta a dos posibilidades. Sabe que su destino está trazado de manera descifrable: hacer el viaje o seguir reduciendo sus sensaciones a un insignificante pedazo de papel. Gondo entonces, asume una tercera. Llega a la estación del metro y mira las manecillas. Intenta escuchar el paso del tiempo y se mira parado frente al abismo del olvido. Sabe que el boleto no-significa. Que somos nosotros quienes re-significamos las cosas: produciendo su propia carencia. Trazando ausencias.
Deposita el cartoncillo en la máquina de acceso. Una vez dentro del vagón, nada importa. Se acerca a su mundo privado, lentamente llega a la hora del sueño, donde sabe que sus deseos no mienten.
Luis Gondo se efrenta a dos posibilidades. Sabe que su destino está trazado de manera descifrable: hacer el viaje o seguir reduciendo sus sensaciones a un insignificante pedazo de papel. Gondo entonces, asume una tercera. Llega a la estación del metro y mira las manecillas. Intenta escuchar el paso del tiempo y se mira parado frente al abismo del olvido. Sabe que el boleto no-significa. Que somos nosotros quienes re-significamos las cosas: produciendo su propia carencia. Trazando ausencias.
Deposita el cartoncillo en la máquina de acceso. Una vez dentro del vagón, nada importa. Se acerca a su mundo privado, lentamente llega a la hora del sueño, donde sabe que sus deseos no mienten.
Cuando la gente regresa de ciertos viajes
ellos pueden volver
pero nunca la ciudad que dejaron atrás.
Y los amantes
siempre somos esa ciudad.
Heriberto Yépez
ellos pueden volver
pero nunca la ciudad que dejaron atrás.
Y los amantes
siempre somos esa ciudad.
Heriberto Yépez
3 comentarios:
Pepe:
Todos intentamos materializar a la memoria... (esta oración es intensa)
Luis:
Las instantáneas son lo tuyo. Me gustó mucho. =)
Siento el vacío, la nostalgia y de repente los sueños.
gracias por estar de vuelta, otra vez :)
Personaje A tiene una costra.
Bajo el reloj, el cartoncillo posee a Luis Gondo. Le reta, mírame que sigo aquí.
Intentará lanzarle en el basurero, repleto de cartoncillos (ellos lo lograron). nada. nada. nada.
Luis Gondo tendrá que caminar unos cuantos pasos más, urgará de nuevo la carterá: el cartoncillo dirá, mírame sigo aquí.
Como el cuervo, pero más cabrón.
Primera vez que visito y me gustaron esas letras; tal vez manejar un poco más la puntuación, pero bueno, bueno del todo.
saludos de mi parte...
p.s.
¿por qué tienen que usar eso de idenificar la palabra, sólo es una barrera entre lo que escribo y su aparición en tu blog...
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