Hacía tiempo que no veía caras de terror en los niños, pensé que después de tanta información almacenada por el internet, tendrían más registros y quizá menos temores, no lo sé. Anoche decidí salir a escuchar a Kimmo Pohjonen, lo había aplazo pues el sábado en realidad no tenía ganas de ir a ningún lado, los conciertos a los que he asistido en el zócalo me han sofocado de cierta forma, hay una vibra que no me permite estar ahí por más de una hora, en fin, el caso es que el domingo llegué derrapando al lugar del concierto para después hacer fila.
Hay una cosa que no termino de entender, ¿por qué la gente siempre espera escuchar algo bonito? Los primeros comentarios en el palco en que me encontraba fueron: "los acordeones son los instrumentos, sí, sí, ésos, los que utilizan para la música norteña, sí los tigres del norte" . Otra joya fue: ¡nada que ver con la orquesta sinfónica! por fortuna ningún parecido, pensé. Retomando el asunto de la información, me parece impresionante que para estos momentos con la red a la disposición, con wikipedia a dos pasos, la gente no se moleste siquiera en buscar lo que irá a escuchar. Ahora debo volver a la cara de los pequeños, que veían con terror, de verdad, a sus padres, y de pronto daban una mirada hacía mí, como queriendo entender porque podía disfrutar tal suceso, miraban además a sus padres implorando los sacaran del teatro. Para mi fortuna, dos minutos después el palco se quedó vacío, pude entonces extender mis pies, bajar mi maleta y entonces sí, disfrutar libremente de la música del sr. Pohjonen. Sin duda, haber esperado hasta el domingo fue la mejor opción.
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