Una mirada se oculta
tiembla
la palabra y toda ella;
el lunar en su cara
moviéndose en un ritmo pausado
del temblor,
y el labio derrite
en humedad el labial.
Comparto mi desierto sin decirlo
las agujas que se multiplican
están ahí en el cuerpo
las cactáceas
sin color; el espacio no se tiñe de rojo
las palabras intentan pintarlo.
Mi respiro corre por un aire oscuro
va de prisa en mis pulmones
dura un día, una semana
corro hacia mi invisible campo de sangre
que ya no tengo
me he convertido en una esquirla del desierto.
No me reconozco
encuentro juegos que deliran
en espejos
descifro el día, le doy un color
y por la noche tiemblo.
3 comentarios:
Me agradan tanto tus textos, Pepone! extraño a la patrulla, a ver que día le caen en Zaragoza.
órale, pues gracias hay que ponernos de acuerdo para la visita... Saludos, un abrazo Carmina
Sabes?? Me gusta.
Entiendo.
Como te decía, me sorprendes.
:)
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